La música ha sido siempre uno de los aspectos más icónicos de la película original de Beetlejuice. ¿Quién podría olvidar la emblemática escena de la cena al ritmo de Day-O (The Banana Boat Song) de Harry Belafonte? Este clásico de 1988, dirigido por Tim Burton, no solo es recordado por su estética y su peculiar sentido del humor, sino también por su impresionante banda sonora, compuesta por Danny Elfman, uno de los colaboradores habituales de Burton. Con la llegada de la secuela, Beetlejuice: Beetlejuice, los fans se preguntaban si la música lograría estar a la altura de su predecesora.
La presión estaba sobre los hombros de Elfman, quien nuevamente fue convocado para crear una atmósfera musical que hiciera justicia al peculiar mundo de Beetlejuice. Y, como era de esperarse, el compositor no decepcionó. La nueva banda sonora mezcla lo nostálgico con lo fresco, incluyendo tanto nuevas composiciones como reinterpretaciones de canciones clásicas.
Uno de los puntos que más llamó la atención fue el regreso de Day-O, aunque con un toque diferente. En esta ocasión, la canción se presenta en una versión a capela interpretada por Alfie Davis y el coro del Sylvia Young Theatre School. Según Tommy Harper, productor de la película, incluir esta canción fue una decisión casi obligada para mantener el vínculo con el original. "Es como darle al público un regalo nostálgico", comentó Harper. "No es solo un servicio a los fans, es una forma de hacerles sentir que están en terreno familiar".
Las canciones más destacadas de la secuela
Además de Day-O, la banda sonora incluye una selección ecléctica de canciones que van desde clásicos de los 70 hasta temas más contemporáneos. Entre las más destacadas se encuentra Tragedy de los Bee Gees, utilizada en un momento clave de la trama, y MacArthur Park de Donna Summer, una interpretación que resuena en una escena particularmente emotiva. Esta variedad de géneros y estilos es un reflejo de la naturaleza caótica y excéntrica de la película.
A continuación, te presentamos la lista completa de canciones que forman parte del álbum oficial de la banda sonora de Beetlejuice: Beetlejuice:
- MacArthur Park (versión de Donna Summer)
- Tragedy – Bee Gees
- Day-O – Alfie Davis y The Sylvia Young Theatre School Choir
- Somedays – Tess Parks
- Where’s the Man – Scott Weiland
- Right Here Waiting – Richard Marx
- Svefn-g-englar – Sigur Rós
- MacArthur Park – Richard Harris
- Título principal de CARRIE – Pino Donaggio
- Tema principal – Danny Elfman
- Títulos finales – Danny Elfman
Además, hay varias canciones que aparecen en la película pero no forman parte del álbum oficial. Entre ellas se encuentran:
- Margaritaville – Jimmy Buffet
- Cry, Cry – Mazzy Star
- Soul Train Theme (versión Scat) – Soul Train Gang
Es interesante notar que, aunque hubo rumores de que canciones de Blink 182 y My Chemical Romance aparecerían en la película, esto resultó ser falso. Ni estas bandas ni sus canciones forman parte de la banda sonora.
Danny Elfman: el genio detrás de la música
Gran parte del éxito musical de la película recae en Danny Elfman, quien ha sido el responsable de la música de muchos de los filmes más icónicos de Tim Burton. Su estilo único, con una mezcla de lo macabro, lo cómico y lo melódico, es la columna vertebral de la atmósfera musical de Beetlejuice. Para esta secuela, Elfman logró encontrar un balance entre lo clásico y lo nuevo, con composiciones que, sin duda, resonarán en la mente de los espectadores mucho después de que abandonen el cine.
Su trabajo no solo complementa la narrativa, sino que la potencia, añadiendo un nivel extra de emoción a cada escena. La música de Elfman se ha convertido en sinónimo de las películas de Burton, y en Beetlejuice: Beetlejuice, su talento brilla una vez más.
Conclusión: Un viaje musical entre la nostalgia y lo nuevo
La banda sonora de Beetlejuice: Beetlejuice no es solo un acompañamiento de fondo, sino un personaje más dentro de la película. Con una mezcla de canciones icónicas y composiciones originales, la música de la secuela logra captar la esencia del filme original mientras ofrece algo nuevo para los espectadores actuales.
Si bien es difícil superar el impacto cultural de la banda sonora de la primera película, la secuela logra ofrecer una experiencia musical que seguramente será recordada por los fans de Beetlejuice. Desde Day-O hasta Tragedy, la música juega un papel crucial en crear la atmósfera excéntrica y sobrenatural que define al mundo de Tim Burton.
Así que, si aún no has visto la película, prepárate para un viaje musical que te hará reír, asustarte y, quién sabe, tal vez incluso cantar junto a Beetlejuice.